Hay un aspecto de la ambientación que olvidé mencionar en la anterior entrada, uno de los que (no es por echarme flores) me parecen más originales. Es el tema de la Sombra.
La Sombra hace que los personajes tengan una profundidad muy amplia, desarrollada por dos caminos diferentes. Hace que el jugador se enfrente a algo más de lo que se ha creado. Se enfrenta a sí mismo y a la vez a algo con lo que no cuenta cuando se crea el personaje, básicamente porque su Sombra (en cuanto a la interpretación) no está en su mano, al menos en principio. La opción de interpretar a la Sombra, según lo he pensado, será gradual. Me explico. Cuanta más experiencia (que no poder) acumule un jugador, cuanto más aprenda sobre su Sombra, más poder de manipulación/interpretación tendrá sobre ella, siendo los extremos, por un lado, que la Sombra esté interpretada en su totalidad por el DJ o por otro jugador, y por otro que éste tenga poder absoluto sobre ella. Lógicamente, es tarea del DJ decidir cómo de bien se maneja el jugador con su Sombra para permitir que éste pueda controlarla.
Tiene que quedar claro desde el principio que un personaje no puede dominar, encerrar o evitar a su Sombra. Cuanto más intentas esconderla, más fuerte se vuelve, y más posible es que te domine. El jugador que mejor conviva con ella será el que menos problemas le cause.
El último aspecto a tener en cuenta es la naturaleza caótica de la Sombra. No estamos hablando de una fría y calculada maldad, un duende bromista ni nada parecido. Hablamos de una entidad caótica, contraria por naturaleza a los impulsos y principios del personaje. No importa que éste sea bueno, malo, esté loco o sea un cabrón insensible, la Sombra es todo lo contrario a su naturaleza, y su tendencia es la decadencia, la corrupción y la perversión.
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